“Aprendí a coser cuando tenía 9 años. Comencé a hacer mascarillas para vender. Los vendemos a USD1.50 o USD2, dependiendo de los materiales, y con eso sobrevivimos”.

La familia Díaz Carrasquel llegó a Chile en 2019, tras un largo recorrido por tierra desde Venezuela. Tras vivir un año en la ciudad de Arica, José Domingo, el padre de la familia, consiguió un empleo en Santiago.

Desde que comenzó la emergencia sanitaria en Ecuador, el médico venezolano Samuel Suárez ha tratado de aportar su granito de arena en la lucha contra el coronavirus.

Cuando Yésica llegó a Ecuador junto a su esposo y sus tres hijos consiguió trabajo en varios restaurantes como cocinera, pero durante la emergencia sanitaria fue despedida.

Alicia* llegó a Costa Rica en 2018, junto con su marido y su hijo de cuatro años: “Nunca habíamos estado en necesidad de pedir asistencia, porque hemos podido mantener una estabilidad económica. Mi esposo trabajaba como cajero en un parqueadero. Pero la semana pasada...

Reina Isabel Mejía*, 43, hondureña y lideresa comunitaria en Choloma, San Pedro Sula. A pesar del riesgo al que se enfrenta, lleva dos años ayudando a madres que han perdido sus hijos en manos de maras y pandillas y a mujeres sobrevivientes de violencia doméstica.

“Soy madre soltera de un bebé de un mes. Trabajé como sirvienta durante los últimos tres meses de embarazo, pero ya no cuento con sustento”.

“Hace un tiempo me mudé a una ciudad en la costa, y estaba trabajando en algunos restaurantes y vendiendo piezas de arte que hago. Pero por la pandemia no he podido ganar sustento”.

Ernesto*, solicitante de asilo nicaragüense: “Estoy sin trabajo, lo perdí a raíz de la pandemia. Mi esposa está embarazada y estamos pasando una situación muy difícil. Dependíamos de mi trabajo para sobrevivir”. *El nombre fue cambiado por cuestión de protección....

“Vivo con mi esposo y mis dos niños. La situación es delicada, porque uno de los niños es autista con parálisis cerebral”.