En tiempos de coronavirus, sobraban motivos para que María, una solicitante de asilo hondureña que llegó a Panamá en 2015 con su familia, estuviera ansiosa. Desde su llegada a su país de acogida, María había comenzado un emprendimiento vendiendo comida casera con un toque hondureño. Pero las medidas de cuarentena, adoptadas por el Gobierno panameño para intentar frenar el virus, hicieron que no pudiera trabajar. Sin ingresos, María y su familia enfrentaba una situación angustiante.
“He podido recordar momentos del pasado. Algunos fueron tristes y otros alegres. Estoy descubriendo que se puede vivir con ellos. Me siento libre cuando hablo de mi situación. Por un momento siento que todo está bien y que las cosas van a mejorar”.
Maria es una de las personas solicitantes de asilo y refugiadas que son apoyadas por el servicio de acompañamiento emocional vía WhatsApp que ACNUR ha lanzado en Panamá durante la pandemia de la COVID-19.