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Mekatzel Aguilar *, de 58 años, y su familia sufrieron violencia sexual, extorsión y amenazas de muerte por parte de maras y pandillas en El Salvador. En 2016 buscaron un lugar seguro en Panamá. A sus casi 60 años, ella y su familia luchan por mantenerse a flote en medio de la pandemia. Dependientes de trabajos informales, tanto Mekatzel como su esposo han perdido sus medios de vida. 

“Aprendí a coser cuando tenía 9 años. Comencé a hacer mascarillas para vender. Los vendemos a USD1.50 o USD2, dependiendo de los materiales, y con eso sobrevivimos. Las he intercambiado por comida. A veces pasamos dos días sin comer y lo poco que conseguimos lo desinfectamos”. 

*El nombre fue cambiado por cuestión de protección.