Seleccionar página

Alicia* llegó a Costa Rica en 2018, junto con su marido y su hijo de cuatro años: “Nunca habíamos estado en necesidad de pedir asistencia, porque hemos podido mantener una estabilidad económica. Mi esposo trabajaba como cajero en un parqueadero. Pero la semana pasada le suspendieron el contrato por la pandemia.  Sin ese sustento no tenemos cómo comprar comida o pagar la renta. Lo que más me preocupa es poder alimentar a mi hijo”.

*El nombre fue cambiado por cuestión de protección. Imagen de archivo.