Gina*, solicitante de asilo nicaragüense en Costa Rica: “Vivo con mi esposo y mis dos niños. La situación es delicada, porque uno de los niños es autista con parálisis cerebral. Por la pandemia, mi esposo ya no trabaja, nadie está contratando y no tenemos cómo pagar la renta ni la comida. No hemos podido acceder a ningún beneficio”.
*El nombre fue cambiado por cuestión de protección. Imagen de archivo.